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Desplazamiento exprés a Como para disputar mi segundo monumento ciclista (después del Tour de Flandes 2019). El Giro de Lombardia en su versión gran fondo probablemente es, de los cinco monumentos en su versión aficionados, el más asequible en cuanto a distancia y dificultad (sólo 111km y 2000m de desnivel acumulado), lo que le resta algo de épica, contrarestado por el hecho de que quizás es el que tiene los paisajes más bonitos.
La salida como en toda marcha ciclista que se precie bastante rápida, cuando la media bajó a 30km/h ya llevaba 500m de desnivel, hasta que las primeras rampas de Sormano hicieron mella en la velocidad.
Aunque la primera parte es muy llevadera, el principal escollo del día se presentaba en el muro de Sormano, 1,68km con una pendiente media de 16,4% y pendientes máximas del 27% en algun tramo. Estan marcados en el suelo los metros de altitud que vas haciendo, uno a uno. Como sabes que llegas arriba a poco más de 1100m, cuando vas por 850 y vas avanzando uno a uno, mejor no mirarlo o parece que no se pasa nunca.
Iba con tanto respeto y con las dudas de si con mi desarrollo sería suficiente (36x30), que al final me pareció menos de lo que me esperaba. Sufrí lo justo pero lo subí bien. Un único incidente en la que otro ciclista que iba haciendo eses se me cruzó (calzada muy estrecha) y me hizo poner pie en el suelo. Por suerte, unos metros andando hasta un descansillo del 20% y pude subir y poner el pie en el pedal a la primera, o no hubiera podido subir.
Una vez arriba, para para avituallar y bajada técnica y con el asfalto húmedo por la niebla. Así que muchísima precaución y algo de frío en la bajada (11ºC), pero llego entero abajo disfrutando de las vistas al lago de Como, así como el paso por los pueblos que atravesamos, hasta llegar a Bellagio, donde empieza la segunda subida del día.
La segunda subida, a Madonna de Ghisalio (patrona de los ciclistas) era larga (8,5km) y con pendientes que a veces se mantenían entre el 10% y 14%, así durante muchos kilómetros... no me lo esperba y se hizo duro, pero la parada obligada arriba bien lo mereció.
El descenso de nuevo con mucha precaución y el tramo final de 40km en llano con algunas rampitas lo hice en un grupo donde fuimos muy rápido y donde noté las mejores piernas en muchos meses. Superaba todas las tachuelas delante del grupo y tenía buenas sensaciones para dar relevos fuertes y mantenerme en el grupo sin problemas.
Segundo monumento ciclista conseguido y con ganas de más !